miércoles, 29 de diciembre de 2010

Resoluciones para Año Nuevo

Resoluciones para Año Nuevo
por Angélica Pérez

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:2 (Versión RV 1960)

Cada fin de año, o en ocasiones en el comienzo, la gente suele sentarse y hacer una lista. Le llaman resoluciones de año nuevo, sus nuevas metas, cambios. Frecuentemente suelen ser las mismas. Una lista común es: 

·         Bajar de peso
·         Hacer más ejercicio
·         Arreglar ‘x’ o ‘y’ parte de mi cuerpo, casa o cuarto
·         Comprar ‘x’ o ‘y’ cosa
·         Ahorrar más dinero 

Realmente, cuando comienza el  año nuestra meta principal y más importante debería ser mejorar nuestras relaciones con Dios. Estar cada día más cerca de Él, convertirnos no en el cristiano ideal, o quizás el que la gente espera, sino en el cristiano que Dios busca en ti. Con cada cual, la relación y los propósitos de Dios son diferentes.   “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.” (Salmos 32:8)  Dejarnos llevar por su guía es de mucha importancia para conocer los caminos que El nos ha trazado.

En Romanos 12:2 (en la versión Biblia Lenguaje Actual) nos dice: “Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.”  

Otras versiones dicen “sino renovaos…” ¡Es lo mismo! Renovar, cambiar, una resolución es un punto de cambio, de renovación. Cuando preparamos las resoluciones, renovamos objetivos, metas y cambiamos direcciones en muchos aspectos de nuestras vidas. Renovar es mejorar y, mejorar las cosas nunca viene mal.
Renovar nuestra manera de ser el año pasado fuimos de una u otra forma, en ocasiones excelentes cristianos y seres humanos y en otras no lo fuimos. En este año resolvamos ser personas diferentes, ser mejores y renovar nuestro ser. 

Parte de renovar nuestro ser es renovar nuestro corazón, limpiarlo de esos sentimientos que nos han ido dañando. Remendar y limpiar el corazón es como cuando barremos una casa, le sacamos el polvo y todo lo que esta demás. Quizás tengas que perdonar, o pedir perdón, olvidar alguna mala memoria o simplemente necesites paz en tu alma. Dios te la puede dar, te la QUIERE dar. Levántate dispuesto a renovar tu ser, tu corazón.  

Renovar tu manera de pensar: nuestro entendimiento es muy finito comparado con el entendimiento de Dios, es diferente. El ve más allá de lo que nosotros podamos ver. Sus pensamientos, no  son los nuestros, pero sus pensamientos siempre guardan paz, bendiciones y nuevos propósitos para sus hijos. Renovemos nuestro pensar para mantener nuestras mentes abiertas a los propósitos de Dios y ocupadas en SU obra. 

No es que te zarpes de la cama dispuesto a abrir tus pensamientos para cuanta idea o lógica se te presente. Es que te mantengas atento, abierto y dispuesto a recibir los pensamientos que Dios quiere poner en tu mente y que te quiere revelar.

Este año, como todos los que han pasado, y los que están por pasar, promete bendiciones y retos, pruebas y batallas pero también victorias y paz. En orden de poder alcanzarlo todo, por medio de la gracia de Cristo, tenemos que renovarnos, cambiar, a este siglo. 

Dios es el mismo, ayer, hoy y siempre, pero nosotros cambiamos constantemente, a veces para mal, otras para bien. Que este año, una de tus prioridades, de tus resoluciones, sea renovar tu corazón, tu espíritu, tu relación con Dios, tu ser y tu pensar. Caminemos juntos en pos de renovarnos, siempre victoriosos por la misericordia de Dios. Nunca es demasiado tarde para cambiar.

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