martes, 18 de agosto de 2009

La Viña del Señor

Isaías 5:1-4

“Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?”

Así como este hombre hizo con esa viña hace Dios con nosotros. Él nos planta gentilmente en un terreno fresco y fértil, nos da los mejores tratos y nos mantiene en el mejor estado. Todo esto lo hace esperando que el fruto de nuestras obras sea uno puro y digno de todas las bendiciones y milagros que ha hecho en nuestra vida. Sin embargo nosotros le recibimos con frutos silvestres. La palabra de Dios dice que cada cuál recibe la palabra en sus corazones y da su fruto al treinta, sesenta y al ciento por uno. Algunos damos el 30% otros el 60% y otros el 100%, el Señor conoce nuestros corazones y nuestras fuerzas y él sabe cuál porciento es el que nosotros podemos dar y cuál es el que realmente damos.

Amados hermanos/as les exhorto a que procuremos dar nuestro fruto en la medida en que podemos darlo, aquellos que puedan dar el sesenta no den el treinta y los que puedan dar el cien no den el sesenta y aún más, los que puedan dar el treinta no se queden de brazos cruzados sin hacer obra alguna. Cuando esperamos algo con muchas ansias y recibimos lo contrario nos sentimos decepcionados y hasta engañados, imagínate la decepción y el dolor que Dios siente si cuando sabiendo que le puedes dar frutos puros le otorgas frutos silvestres. Dios te bendiga y recuerda poner todas tus fuerzas en la obra de Dios.


Por: Angélica Pérez
Fuente bíblica: http://www.biblia12.com/

La Viña del Señor

Isaías 5:1-4

“Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?”

Así como este hombre hizo con esa viña hace Dios con nosotros. Él nos planta gentilmente en un terreno fresco y fértil, nos da los mejores tratos y nos mantiene en el mejor estado. Todo esto lo hace esperando que el fruto de nuestras obras sea uno puro y digno de todas las bendiciones y milagros que ha hecho en nuestra vida. Sin embargo nosotros le recibimos con frutos silvestres. La palabra de Dios dice que cada cuál recibe la palabra en sus corazones y da su fruto al treinta, sesenta y al ciento por uno. Algunos damos el 30% otros el 60% y otros el 100%, el Señor conoce nuestros corazones y nuestras fuerzas y él sabe cuál porciento es el que nosotros podemos dar y cuál es el que realmente damos.

Amados hermanos/as les exhorto a que procuremos dar nuestro fruto en la medida en que podemos darlo, aquellos que puedan dar el sesenta no den el treinta y los que puedan dar el cien no den el sesenta y aún más, los que puedan dar el treinta no se queden de brazos cruzados sin hacer obra alguna. Cuando esperamos algo con muchas ansias y recibimos lo contrario nos sentimos decepcionados y hasta engañados, imagínate la decepción y el dolor que Dios siente si cuando sabiendo que le puedes dar frutos puros le otorgas frutos silvestres. Dios te bendiga y recuerda poner todas tus fuerzas en la obra de Dios.


Por: Angélica Pérez
Fuente bíblica: http://www.biblia12.com/

domingo, 9 de agosto de 2009

Poema: Mi Dios


¡Oh mi Dios, mi buen Rey!
En esta fría tormenta de reconocer...
que aunque sola intente prevalecer,
siempre ante ti debo correr.

Eres el sol de mis mañanas,
Y la luz de mis caminos.
El guía de mis pasos,
Mi más fiel amigo.

Sin tí no puedo,
yo, hacer algo.
Yo sólo vivo...
Si tú me sostienes en tus brazos.

Por: Angélica Pérez

Poema: Mi Dios


¡Oh mi Dios, mi buen Rey!
En esta fría tormenta de reconocer...
que aunque sola intente prevalecer,
siempre ante ti debo correr.

Eres el sol de mis mañanas,
Y la luz de mis caminos.
El guía de mis pasos,
Mi más fiel amigo.

Sin tí no puedo,
yo, hacer algo.
Yo sólo vivo...
Si tú me sostienes en tus brazos.

Por: Angélica Pérez

miércoles, 5 de agosto de 2009

Las Cuatro Leyes Espirituales

Las cuatro leyes espirituales son una manera de compartir las buenas de salvación a través de la fe en Jesucristo. Son una manera simple y fácil de presentar el Evangelio de Salvación en cuatro puntos.
1. Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida. Juan 3:16 y Juan 10:10b

2. El hombre es pecador y está separado de Dios por lo tanto no puede conocer ni experimentar el amor y el plan de Dios para su vida. Romanos 3: 23


3. Jesucristo es la única provisión de Dios para el pecado del hombre. Sólo a través de Él puedes conocer a Dios personalmente y experimentar el amor y el plan de Dios para tu vida. Juan 14:6 y Juan 1:12

4. Debemos recibir a Cristo como nuestro Salvador y Señor de manera individual y voluntaria. Sólo así se puede experimentar el amor y el plan de Dios en nuestras vidas. Apocalipsis 3:20 y Efesios 2: 8-9

Estas son las 4 Leyes Espirituales, exprésalas con amor de Cristo y sabiduría, no obligues al que te escucha a convertirse o creerte, recuerda que una semilla bien sembrada en tierra fértil siempre da su fruto. Tú simplemente expresa tu fe y obedece a la voz de salvación que hay dentro de ti, haciendo lo que Dios nos ha llamado a hacer en: Mateo 28:19-20

Fragmento del documento: “Las Cuatro Leyes Espirituales” preparado por: Marisela Reyes y Editado por: Angélica Pérez

Las Cuatro Leyes Espirituales

Las cuatro leyes espirituales son una manera de compartir las buenas de salvación a través de la fe en Jesucristo. Son una manera simple y fácil de presentar el Evangelio de Salvación en cuatro puntos.
1. Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida. Juan 3:16 y Juan 10:10b

2. El hombre es pecador y está separado de Dios por lo tanto no puede conocer ni experimentar el amor y el plan de Dios para su vida. Romanos 3: 23


3. Jesucristo es la única provisión de Dios para el pecado del hombre. Sólo a través de Él puedes conocer a Dios personalmente y experimentar el amor y el plan de Dios para tu vida. Juan 14:6 y Juan 1:12

4. Debemos recibir a Cristo como nuestro Salvador y Señor de manera individual y voluntaria. Sólo así se puede experimentar el amor y el plan de Dios en nuestras vidas. Apocalipsis 3:20 y Efesios 2: 8-9

Estas son las 4 Leyes Espirituales, exprésalas con amor de Cristo y sabiduría, no obligues al que te escucha a convertirse o creerte, recuerda que una semilla bien sembrada en tierra fértil siempre da su fruto. Tú simplemente expresa tu fe y obedece a la voz de salvación que hay dentro de ti, haciendo lo que Dios nos ha llamado a hacer en: Mateo 28:19-20

Fragmento del documento: “Las Cuatro Leyes Espirituales” preparado por: Marisela Reyes y Editado por: Angélica Pérez