[Ruth and Naomi, by Arthur Szyk (www.szyk.org)]
Más Allá de Una Joven Llamada Ruth
por Angelica Perez
Desde que era muy chica quedé impactada con la historia del libro de Rut, para mí, era un testimonio de amor y fe que presentaba la vida de cualquier creyente que llegaba nuevo a la fe cristiana. Pero más allá de eso, Rut representa a todo y cada uno de nosotros cuando estamos pasando por momentos llenos de inseguridad y desaciertos. Tanto Nohemí como Ruth son ejemplos y dan testimonio de que cuando ponemos nuestra fe en Dios, el pelea nuestras batallas.
Siempre imaginé como se debió sentir Rut al momento en el cual decidió mudarse junto con su suegra Noemí y dejar atrás su familia de sangre, su pueblo, su cultura y sus creencias para sumergirse en un mundo total y completamente nuevo para ella. Imagino el rechazo que quizás pudo haber sentido por algunos. Lo diferente y separada que se sentiría de su vida usual y hasta lo insegura que debería de haber estado luego de tomar la decisión de mudarse con Noemí.
Las palabras claves de esta historia son la fe y el amor. Por amor a Noemí, Rut es movida a tener fe en Dios y por la fe de Noemí, Rut vuelve hallar el amor una vez más en los brazos de Booz. Finalmente, por amor a sus siervas que confiaron y perseveraron con fe, Dios les bendice en sobremanera.
La forma en la que Rut determina que seguirá a Dios y vivirá conforme a su voluntad es admirable. “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.” Ruth 1:16b En medio de un proceso tan doloroso como es la pérdida de un esposo, Rut decide agarrarse de Dios y confiar en él como Noemí lo hacía. No cabe duda que Noemí fue el ejemplo de Rut, y tampoco hay que cuestionar la determinación y la fe de esta joven, que aun sin saber lo que le esperaba en Judá, estaba dispuesta a enfrentarlo todo por amor a su suegra.
Ambas mujeres dan testimonio de que Dios otorga sabiduría y fortalece a sus hijos para que continúen perseverando en los caminos de la vida. Como mujeres viudas y pertenecientes a la cultura judía tenían muy poco que hacer para lograr mantenerse y sufragar gastos básicos, sin embargo, ¿Qué hace Rut a pocos días de llegar a Judá? ¿Se queda tirada en el suelo esperando a que un pariente la saque de la pobreza? ¿Busca hallar pena delante de los demás para que le sufraguen sus gastos?
¡No! Como toda una mujer luchadora sale en busca de una forma de encontrar no solo alimento, sino también un trabajo que la sustente. “Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.” Rut 2:7
Cuando el cristiano sale en busca del sustento que Dios tiene guardado para él y no se echa a llorar en una esquina, Dios abre campos para que el recoja la siembra y reciba la bendición. Como Rut, todo cristiano debe buscar la bendición y la solución.
En el libro de Rut vemos que Dios ampara en todos los momentos de la vida a aquellos que se resguardan en él y creen en él ciegamente. El no se limita a un grupo de personas en específico, todos somos sus hijos y por ende todos somos bendecidos con su gracia, amor y misericordia. En el reino de Dios no hay exclusivos, el que esté dispuesto a creer y recibir será bendecido y exaltado en el reino de la Gloria. Esto lo vemos cuando Rut, una moabita, pasa a ser parte del linaje de nada más y nada menos que el Hijo de Dios, Jesucristo.
Nohemí era una mujer de fe, sabia, madura e inteligente. Todas estas cualidades ella se las imparte a Rut a través de un ejemplo vivo y eficaz. El ejemplo que todo cristiano le debe dar un ejemplo que sea capaz de impactar las vidas que le rodea. Ella también es una heroína en esta historia, sabia como proteger lo que le pertenecía a su familia y a sus parientes. “Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?” Rut 3:1
Como cristianos debemos aprender de estas dos mujeres de fe que lucharon para mantenerse y buscar un bienestar en sus vidas. El cristiano lucha y persevera por la bendición y una vez consigue la gracia de Dios para adquirirla la protege con todas sus fuerzas y goza de ella en la plenitud del Espíritu Santo.
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