martes, 16 de septiembre de 2014

Puedes Llevar la Presencia de Dios Contigo



"LAS VARAS... NO SE QUITARÁN DE ELLA"(Éxodo 25:15)
 
El Arca del Pacto representaba la presencia de Dios en medio de su pueblo. Cuando los filisteos la capturaron, fueron afligidos con tumores. Cuando la colocaron en su templo, su dios Dagón cayó al suelo (1 Samuel 5). Esto nos enseña lo siguiente: ¡no te tomes a la ligera las cosas de Dios! Si no estás dispuesto a servirle, al menos sé temeroso y dale la reverencia que se merece. Cuando Israel derrotó a los filisteos, David decidió llevar el arca, símbolo de la presencia de Dios, de vuelta a Jerusalén. Ahora bien, en el diseño concreto que Dios había mostrado para el arca, había unas anillas a los lados por donde se debían pasar unas varas para transportarla; también había especificado que sólo la llevarían a hombros ciertos sacerdotes. Pero alguien tuvo una "mejor idea", así que la pusieron en una carreta nueva tirada por un buey.
                 
Y ése fue un gran error. Cuando el arca empezó a tambalearse y estaba a punto de caerse, un hombre de la comitiva, "con sus mejores intenciones", decidió sujetarla. ¡Y murió al instante! Seguro que piensas: '¡Es un poco desproporcionado!'. Aquí hay una lección para los que quieren "empaquetar" la presencia de Dios, hacer negocio con ella y "llevarla por el camino". ¿Quién está autorizado a llevar la presencia de Dios? Sólo los creyentes-sacerdotes que han sido lavados por la sangre del Cordero, han sido limpiados por la Palabra, tienen comunión con Dios en Su mesa, lo adoran en el altar de incienso y caminan en la luz de la verdad, representada por la lámpara de siete velas. ¡Despojémonos de las "nuevas carretas"! La Biblia dice que "...el Señor añadía cada día a la iglesia..."(Hechos 2:47). Para poder llevar la presencia de Dios y edificar Su iglesia, lo tenemos que hacer como Él indica.
 
La Palabra Para Hoy
Por Bob y Debbie Gass,con la colaboración de Ruth Gass Halliday

viernes, 12 de septiembre de 2014

¡Es tiempo ya!

La vida no es nada fácil y la vida cristiana se hace mucho más difícil a medida que el tiempo pasa. Por años he vivido pensando que cuando uno falla tiene que empezar de cero una vez más. Aún cuando he motivado a muchos a levantarse y continuar, yo misma no he sido capaz de perdonarme cuando fallo y por lo tanto me levanto y regreso al punto de partida. Yo he sabido regresar atrás como si cada vez que cayere significase que debo repetir todos los pasos.

Cuando un atleta está en una carrera el no regresa al punto de partida si se cae…él se levanta, sacude sus rodillas y comienza a correr una vez más. Este año he aprendido que no puedo regresar día tras día al punto de partida. He aprendido que en la vida cristiana no hay tiempo para empezar de cero. En esta vida sólo hay tiempo para continuar.  Solo tengo tiempo para crecer y aprender de mis errores no tratar de re-hacer lo que ya hice. El tiempo no corre en reversa y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.


La realidad es que Dios no espera que nosotros comencemos desde cero cada vez que fallamos y tampoco quiere vernos en una esquina pensando sobre los grandes fracasos que somos. ¡Es tiempo ya! Es tiempo de levantarnos, sacudir nuestras rodillas y correr porque la meta está al alcance de nuestras manos, solo tenemos que correr…correr con fuerzas.